Publicado en Diario Clarín el 12 de Noviembre de 2011.
PorFERNANDO “PINO” SOLANAS DIPUTADO NACIONAL, PROYECTO SUR
Debate
La guerra de las rutas es la agresión permanente ejercida
contra ciudadanos indefensos, trabajadores y amas de casa. En un sistema de
transporte desordenado y agresivo impuesto por equivocadas decisiones políticas
desde hace 20 años. En nuestra película “La Próxima Estación ”
denunciamos que la guerra de las rutas deja más de 8000 muertos al año y 12 a 14.000 lisiados, más la
millonaria pérdida en vehículos, atenciones sanitarias y seguros. Una tragedia
humana y nacional que en veinte años no conmovió a gobierno alguno, ni desató
debates universitarios, ni proclamó la emergencia del transporte .
En 1991 Menem tuvo la perversa idea de suprimir el 85% de
los trenes interurbanos. La casi totalidad del transporte de mercaderías y
pasajeros pasó a las calles y carreteras sin que estuvieran preparadas para
soportar la carga.
¿Qué se hizo desde entonces? Nada.
Miles de poblaciones que no tenían pavimento hasta las rutas
quedaron incomunicadas; más de 800 pueblos murieron y un millón de personas
emigró hacia las capitales.
Ninguna medida aumentó tanto el desempleo como la supresión
del transporte y la industria ferroviaria : el saqueo de las 37 grandes
fábricas donde se construían vagones, rieles y locomotoras arrastró el cierre
de cientos de talleres que los abastecían y miles de operarios quedaron sin
trabajo.
La destrucción del sistema ferroviario fue el mayor golpe a
las economías regionales.
¿Cómo podía competir un productor agropecuario de Salta o de
Mendoza con los del litoral o el extranjero? Un país de 4000 km de extensión y gran
productor de materias primas es inviable sin ferrocarril, porque es el más
moderno y seguro, el que menos contamina y el más económico de los medios de
transporte terrestre.
En la larga distancia hoy cuesta 6 a 10 veces menos que el camión:
una locomotora transporta la carga de 50 camiones.
Proyectar reconstruir los ferrocarriles comprando llave en
mano equipos en China es una burla a nuestros trabajadores, ingenieros y
estudiantes: Argentina pudo en el pasado y puede reconstruir su gran industria
ferroviaria. Fuimos capaces de realizar innovaciones técnicas como la primera
locomotora aerodinámica del mundo -obra del ingeniero Livio Porta- que
alcanzaba 155 km
en la trocha angosta. Los u$s 10.000 millones que se piensan gastar en China deben
invertirse en el país para reconstruir su industria y recuperar miles de
puestos de trabajo.
Si se sigue sumando más de medio millón de autos por año
-más camiones y buses- las rutas y las calles serán previsibles escenarios de
muerte.
Hace falta volver al ferrocarril: por seguridad, calidad de
viaje, economía y regularidad.
Hoy se gasta el doble para tener sólo el 15% de servicios
que teníamos antes. Había 37.000
km de vías y se iba a 100 km por hora, hoy hay 7.500 km para andar a 50
km/hora.
Necesitamos trenes públicos, un tren para todos controlado por
trabajadores, pasajeros y productores de cargas, junto a los técnicos y
funcionarios públicos. Es posible realizarlo y financiarlo, como lo demuestran
nuestros proyectos de ley que desde el año pasado esperan ser tratados en Nota en Clarín.com:
http://www.clarin.com/opinion/pais-inviable-volvemos-tren_0_589741138.html